(Anónimo)
Un niño
de diez años estaba parado frente a una tienda de zapatos, descalzo, apuntando
a través de la ventana y temblando de frio. Una señora que pasaba por la calle
se acerco al niño.
-
Mi pequeño amigo, ¿Qué miras con tanto interés en esa ventana? –
pregunto ella.
-
Le estaba pidiendo a Dios que me diera un par de zapatos. – respondió el.
La
señora lo tomo de la mano y juntos entraron en la tienda. Pidió a un empleado
media docena de pares de calcetines para el niño.
Preguntó
si podía darle un recipiente con agua y una toalla. El empleado le trajo lo que
pidió. Ella llevó al niño a la parte trasera de la tienda, le lavó los pies y
se los secó. Entonces el empleado llego con los calcetines. La señora le puso
un par al niño y le compro un par de zapatos. Junto el resto de los calcetines
y se los dio al niño.
-
¡No hay duda, pequeño amigo, que te sientes más cómodo ahora – dijo ella
acariciándole la cabeza.
Cuando
ella se dio la vuelta para irse, el niño le sujeto la mano y mirándola con lágrimas
en los ojos, le pregunto:
-
¿ES USTED LA ESPOSA DE DIOS?
“Haz que tu luz brille delante de los hombres, para
que vean tus buenas acciones y glorifiquen a tu padre que está en los cielos”
Somos salvos por FE pero si nuestra fe es verdadera
nuestras acciones deben demostrárselo al mundo para gloria y gracia de nuestro
Señor Jesucristo que esta en el cielo a la derecha del Padre. QDLB.
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