1. Nunca
se enfaden los dos al mismo tiempo. Para lograrlo
es necesario ser prudente, y saber, con fortaleza, reprimir la ira que se
levanta en nuestro interior.
2. Nunca se griten el uno al otro a menos que la casa
esté en llamas. Hay que tener templanza y
moderación de las pasiones.
3. Si uno de
los dos tienen que vencer en una discusión, deja que el otro sea el ganador. En el fondo de esta actitud
hay amor del bueno, que prefiere ceder para obtener la paz. La
aparente «derrota» se convierte en una gran victoria sobre sí mismo.
4. Si tienes que criticar, hazlo con amor. Lealtad: decir las cosas serenamente,
sencillamente, y sobre todo pensando en el otro, en su bien. ¡Es preciso ser
fuerte, prudente y recto para actuar de esta manera!
5. Nunca se echen en cara los errores del pasado. Debe llegar tu amor para con los
defectos y las debilidades del otro. Amarle de verdad, incluso con sus
defectos.
6. Sé
obstinado con cualquiera antes que con el otro. Tenemos
que preocuparnos antes de los más cercanos a nosotros.
7. Nunca se vayan a dormir con un desacuerdo sin
resolver. Claridad en las relaciones.
Humildad para reconocer la parte de culpa propia. Olvido de los rencores y los
enfados. Confianza en el otro.
8. Por lo menos una vez al día trata de decirle algo
bondadoso o un cumplido agradable al otro. Esto suena algo así como detalles pequeños en el cariño,
cordialidad y galantería.
9. Cuando
hayas hecho algo equivocado, prepárate para admitirlo y pedir perdón.
Sinceridad y sencillez, porque no es mejor quien no se
equivoca nunca.
10. Dos no pelean si uno no quiere, y el que está
equivocado es el que más habla. Lógicamente, el que está más sereno es el que mejor puede ceder.
Las cosas se ven mejor con cierta distancia. Sentido común, amor a la
paz.
Colaboración de Gabriel Núñez Acevedo de León,
Gto, México.
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