Tuesday, April 24, 2012
Monday, April 23, 2012
DIOS PERMITE A LOS DÉBILES ESTAR POR ENCIMA DE TODAS LAS PROBABILIDADES
by Gary Wilkerson
La poderosa nación de Siria iba a atacar a Israel, pero Dios le reveló a
Eliseo cada movimiento que Siria estaba a punto de hacer. Debido a esto, el
profeta fue capaz de advertir el ejército de Israel y mantenerlo fuera de
peligro.
El ejército sirio se componía de poderosos batallones, inmensos carruajes y
las mejores armas del momento; sin embargo, fue frustrado en cada movimiento
debido a Eliseo, esto enfureció al rey de Siria quien, finalmente, renunció a
sus ataques contra Israel y volvió todo su ejército sobre Eliseo: "—Pues
entonces averigüen dónde está —ordenó el rey—, para que mande a
capturarlo." (2 Reyes 6:13, NVI).
Eliseo se estaba quedando en Dotan. El rey de Siria envió "...un destacamento
grande, con caballos y carros de combate. Llegaron de noche y cercaron la
ciudad." (6:14). A la mañana siguiente, el siervo de Eliseo se despertó y
presa del pánico al ver las fuerzas enemigas, gritó a Eliseo: "¡Oh, mi
señor, ¿qué haremos?"
Como el siervo de Eliseo, ¿Sintió Usted alguna vez pánico? "¡No hay manera
de salir de este problema, es muy grande! ¿Qué puedo hacer?" En esos
momentos, nuestras oraciones se pueden convertir en sesiones de preocupación
llenas de ansiedad; nos decimos, "No hay manera en que Dios me puede sacar de
esto".
Eliseo respondió a su criado: "No tengas miedo.... Los que están con nosotros
son más que los que están con ellos" (6:16). Eliseo oró por su siervo
diciendo: "Señor, abre sus ojos para que vea" (6:17). De repente, el siervo de
Eliseo vio lo que era invisible a simple vista: "Él miró y vio que el monte
estaba lleno de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo" (6:17).
Ahora mismo, en su crisis, las probabilidades en contra suya pueden ser de
10.000 a 1. Sin embargo, como muestra la historia de Eliseo, 10.000 es un
número escaso si se compara con el número infinito de ángeles al servicio de
Dios. Usted puede sentirse abrumado y superado en número pero Dios nunca
pierde, Él nunca se retira y nunca negocia. Él está con Usted en medio de su
batalla para librarle de forma sobrenatural.
Usted puede preguntar como lo hizo el siervo de Eliseo, "¿Qué haré?" En la
historia de Eliseo Dios ya le ha contestado: "Confía en el Señor" Cuando todo
lo demás parece fallar, cuando siente que no hay esperanza y que está a punto
de caer en la derrota, Dios entra y lo transforma todo.
Aquí está el resultado final: "Los sirios dejaron de incursionar en
territorio de Israel" (2 Reyes 6:23). Fue una nueva lección para levantar la
fe de Israel. Eliseo estaba mostrando al pueblo de Dios que "Contar con el
Señor de tu lado es mejor que tener el ejército más poderoso del mundo.
¡Confía en Él!"
La poderosa nación de Siria iba a atacar a Israel, pero Dios le reveló a
Eliseo cada movimiento que Siria estaba a punto de hacer. Debido a esto, el
profeta fue capaz de advertir el ejército de Israel y mantenerlo fuera de
peligro.
El ejército sirio se componía de poderosos batallones, inmensos carruajes y
las mejores armas del momento; sin embargo, fue frustrado en cada movimiento
debido a Eliseo, esto enfureció al rey de Siria quien, finalmente, renunció a
sus ataques contra Israel y volvió todo su ejército sobre Eliseo: "—Pues
entonces averigüen dónde está —ordenó el rey—, para que mande a
capturarlo." (2 Reyes 6:13, NVI).
Eliseo se estaba quedando en Dotan. El rey de Siria envió "...un destacamento
grande, con caballos y carros de combate. Llegaron de noche y cercaron la
ciudad." (6:14). A la mañana siguiente, el siervo de Eliseo se despertó y
presa del pánico al ver las fuerzas enemigas, gritó a Eliseo: "¡Oh, mi
señor, ¿qué haremos?"
Como el siervo de Eliseo, ¿Sintió Usted alguna vez pánico? "¡No hay manera
de salir de este problema, es muy grande! ¿Qué puedo hacer?" En esos
momentos, nuestras oraciones se pueden convertir en sesiones de preocupación
llenas de ansiedad; nos decimos, "No hay manera en que Dios me puede sacar de
esto".
Eliseo respondió a su criado: "No tengas miedo.... Los que están con nosotros
son más que los que están con ellos" (6:16). Eliseo oró por su siervo
diciendo: "Señor, abre sus ojos para que vea" (6:17). De repente, el siervo de
Eliseo vio lo que era invisible a simple vista: "Él miró y vio que el monte
estaba lleno de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo" (6:17).
Ahora mismo, en su crisis, las probabilidades en contra suya pueden ser de
10.000 a 1. Sin embargo, como muestra la historia de Eliseo, 10.000 es un
número escaso si se compara con el número infinito de ángeles al servicio de
Dios. Usted puede sentirse abrumado y superado en número pero Dios nunca
pierde, Él nunca se retira y nunca negocia. Él está con Usted en medio de su
batalla para librarle de forma sobrenatural.
Usted puede preguntar como lo hizo el siervo de Eliseo, "¿Qué haré?" En la
historia de Eliseo Dios ya le ha contestado: "Confía en el Señor" Cuando todo
lo demás parece fallar, cuando siente que no hay esperanza y que está a punto
de caer en la derrota, Dios entra y lo transforma todo.
Aquí está el resultado final: "Los sirios dejaron de incursionar en
territorio de Israel" (2 Reyes 6:23). Fue una nueva lección para levantar la
fe de Israel. Eliseo estaba mostrando al pueblo de Dios que "Contar con el
Señor de tu lado es mejor que tener el ejército más poderoso del mundo.
¡Confía en Él!"
Wednesday, April 18, 2012
“Pensamiento de la semana”
“La Oración de Jesús”
(9) Yo ruego por ellos; no
ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, (10) y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo
mío; y he sido glorificado en ellos. (11) Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo
voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que
sean uno, así como nosotros. (12)
Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los
que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de
perdición, para que la Escritura se cumpliese. (13) Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan
mi gozo cumplido en sí mismos. (14)
Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo,
como tampoco yo soy del mundo. (15)
No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. (16) No son del mundo, como tampoco yo
soy del mundo. (17) Santifícalos
en tu verdad; tu palabra es verdad. (18)
Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. (19) Y por ellos yo me santifico a mí
mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. (20) Mas no ruego solamente por éstos,
sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, (21) para que todos sean uno; como tú,
oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que
el mundo crea que tú me enviaste. (22)
La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como
nosotros somos uno.
oraciones. El Padre le contesta a su hijo y todo el que se resiste a Él está endureciendo sus corazones a las oraciones de Cristo quien oró por ellos en la tierra y quien aún sigue orando. Dios los bendiga!
Friday, April 6, 2012
Durante los siguientes 60 segundos
Durante los
siguientes 60 segundos, deja de lado lo que estás haciendo y aprovecha esta
oportunidad! Veamos si Satanás puede detener esto...
LA MUERTE (CIENTÍFICA) DE JESÚS
A la edad de 33 años, Jesús fue condenado a la pena de muerte.
Al tiempo de la crucifixión era la "peor" muerte. Sólo los peores criminales eran condenados a ser crucificados. Sin embargo, fue aún más terrible para Jesús,
porque a diferencia de otros criminales condenados a muerte por crucifixión, Jesús fue clavado en la cruz en sus manos y pies, en lugar de atado ...
Cada clavo fue de 6 a 8 pulgadas de largo.
Los clavos fueron conducidos en sus muñecas. No en Sus manos, como es comúnmente descrito. Hay un tendón en la muñeca que se extiende hasta el hombro.
LA MUERTE (CIENTÍFICA) DE JESÚS
A la edad de 33 años, Jesús fue condenado a la pena de muerte.
Al tiempo de la crucifixión era la "peor" muerte. Sólo los peores criminales eran condenados a ser crucificados. Sin embargo, fue aún más terrible para Jesús,
porque a diferencia de otros criminales condenados a muerte por crucifixión, Jesús fue clavado en la cruz en sus manos y pies, en lugar de atado ...
Cada clavo fue de 6 a 8 pulgadas de largo.
Los clavos fueron conducidos en sus muñecas. No en Sus manos, como es comúnmente descrito. Hay un tendón en la muñeca que se extiende hasta el hombro.
Los guardias
romanos sabían que cuando los clavos fueran martillados en la muñeca, el tendón
se rompería y se rompió, lo que obligó a Jesús a usar
Los músculos de su espalda para aferrarse a la vida, para que poder respirar.
En tanto sus pies fueron clavados juntos. Así, se vio obligado a apoyarse en el clavo atravesando sus pies a la cruz.
Jesús no podía aferrarse a la vida con las piernas por mucho tiempo a causa del dolor, por lo que se vio obligado a alternar entre arquear su espalda y el uso de sus piernas sólo para seguir respirando. Imagine la lucha, el dolor, el sufrimiento, el coraje.
Jesús aguantó esa realidad por más de 3 horas.
Sí, más de 3 horas! ¿Te imaginas este tipo de sufrimiento? Unos minutos antes de morir, a Jesús se le detuvo el sangrado. Sencillamente le salía agua de sus heridas.
A partir de imágenes comunes, vemos las heridas de sus manos y pies e incluso la herida de lanza a su lado... Pero, ¿nos acordamos de las numerosas heridas hechas a su cuerpo.
Unos clavos grandes martillados a través de las muñecas, los pies sobrepuestos y un clavo martillado por los arcos, a continuación, un guardia romano perfora el costado con una lanza.
Y... antes de los clavos y la lanza, Jesús fue azotado y golpeado. La paliza fue tan severa que arrancó la carne de su cuerpo.
La golpiza tan horrible que su rostro estaba roto y la barba arrancada de su rostro.
La corona de espinas (espinas de dos a tres pulgadas) penetraban profundamente en el cuero cabelludo. Ningún hombre hubiera sobrevivido a esta tortura.
Al final no tenía más sangre para sangrar, sólo el agua brotaba de sus heridas.
Los músculos de su espalda para aferrarse a la vida, para que poder respirar.
En tanto sus pies fueron clavados juntos. Así, se vio obligado a apoyarse en el clavo atravesando sus pies a la cruz.
Jesús no podía aferrarse a la vida con las piernas por mucho tiempo a causa del dolor, por lo que se vio obligado a alternar entre arquear su espalda y el uso de sus piernas sólo para seguir respirando. Imagine la lucha, el dolor, el sufrimiento, el coraje.
Jesús aguantó esa realidad por más de 3 horas.
Sí, más de 3 horas! ¿Te imaginas este tipo de sufrimiento? Unos minutos antes de morir, a Jesús se le detuvo el sangrado. Sencillamente le salía agua de sus heridas.
A partir de imágenes comunes, vemos las heridas de sus manos y pies e incluso la herida de lanza a su lado... Pero, ¿nos acordamos de las numerosas heridas hechas a su cuerpo.
Unos clavos grandes martillados a través de las muñecas, los pies sobrepuestos y un clavo martillado por los arcos, a continuación, un guardia romano perfora el costado con una lanza.
Y... antes de los clavos y la lanza, Jesús fue azotado y golpeado. La paliza fue tan severa que arrancó la carne de su cuerpo.
La golpiza tan horrible que su rostro estaba roto y la barba arrancada de su rostro.
La corona de espinas (espinas de dos a tres pulgadas) penetraban profundamente en el cuero cabelludo. Ningún hombre hubiera sobrevivido a esta tortura.
Al final no tenía más sangre para sangrar, sólo el agua brotaba de sus heridas.
El cuerpo humano
adulto contiene alrededor de 5 litros (poco más de un galón) de sangre.
Jesús derramó 5 litros de sangre, tuvo tres clavos enormes metidos en su cuerpo, una corona de espinas en su cabeza y, más allá de eso, un soldado romano le clavó una lanza en el pecho...
Todo esto sin mencionar la humillación que pasó después de llevar su propia cruz por casi 2 kilómetros, mientras que la multitud lo escupió en el rostro y le tiraba piedras (la viga transversal pesaba casi 30 kilos, a la que le clavaron sus manos).
Jesús tuvo que soportar esta experiencia, de modo que usted pueda tener libre acceso a Dios.
Para que sus pecados puedan ser "lavados". Todos ellos, sin excepción! No ignore esto.
Jesucristo murió... POR USTED!
Por ti que estás ahora leyendo este mensaje. No creas que Él murió por otros (los que van a la iglesia o para los pastores, obispos, etc.)
Él murió por ti! Es fácil enviar chistes por correo electrónico o fotos tontas, pero cuando se trata de Dios,
a veces nos da vergüenza pasar un mensaje acerca de Él a otras personas. Estamos preocupados de lo que puedan pensar.
Acepta la realidad, la verdad, que JESÚS ES LA ÚNICA SALVACIÓN PARA EL MUNDO.
Dios tiene planes especiales para usted! Comparta esta información con todos sus amigos... sobre lo que pasó para salvarte. Realmente piensa en El!
Que Dios los bendiga!
Durante los siguientes 60 segundos, deja de lado lo que estás haciendo y aprovecha esta oportunidad! Veamos si Satanás puede detener esto.
Todo lo que tienes que hacer es:
1. Orar por la persona que envió este mensaje.
2. Envía este mensaje a 10 personas... Más si lo deseas.
3. De esta manera, 10 personas van a rezar por ti y se animará a muchas personas a orar a Dios por los demás.
4. Tómese un momento para apreciar el poder de Dios en su vida, así como usted lo hace en lo que le agrada.
Si no tienes vergüenza de hacer esto, por favor, siga las instrucciones de Jesús. Él dijo en: (Mateo 10:32 y 33):
(32) "Cualquiera, pues, que me confiese delante de los demás, yo también le confesaré delante de mi Padre en el cielo;
(33) mas cualquiera que me niegue delante de los demás, yo también le negaré delante de mi Padre en los cielos”.
Si usted cree, envíe este mensaje... Pero envíelo sólo si cree en Cristo Jesús como su Señor y Salvador.
Yo sí, amo a Dios. Él es mi fuente de vida y mi Salvador. Él me mantiene vivo y seguro, tanto de día como de noche.
Sin Él, nada soy, pero con él "Puedo hacer todas las cosas a través de Cristo que me fortalece". Filipenses 4:13.
Jesús derramó 5 litros de sangre, tuvo tres clavos enormes metidos en su cuerpo, una corona de espinas en su cabeza y, más allá de eso, un soldado romano le clavó una lanza en el pecho...
Todo esto sin mencionar la humillación que pasó después de llevar su propia cruz por casi 2 kilómetros, mientras que la multitud lo escupió en el rostro y le tiraba piedras (la viga transversal pesaba casi 30 kilos, a la que le clavaron sus manos).
Jesús tuvo que soportar esta experiencia, de modo que usted pueda tener libre acceso a Dios.
Para que sus pecados puedan ser "lavados". Todos ellos, sin excepción! No ignore esto.
Jesucristo murió... POR USTED!
Por ti que estás ahora leyendo este mensaje. No creas que Él murió por otros (los que van a la iglesia o para los pastores, obispos, etc.)
Él murió por ti! Es fácil enviar chistes por correo electrónico o fotos tontas, pero cuando se trata de Dios,
a veces nos da vergüenza pasar un mensaje acerca de Él a otras personas. Estamos preocupados de lo que puedan pensar.
Acepta la realidad, la verdad, que JESÚS ES LA ÚNICA SALVACIÓN PARA EL MUNDO.
Dios tiene planes especiales para usted! Comparta esta información con todos sus amigos... sobre lo que pasó para salvarte. Realmente piensa en El!
Que Dios los bendiga!
Durante los siguientes 60 segundos, deja de lado lo que estás haciendo y aprovecha esta oportunidad! Veamos si Satanás puede detener esto.
Todo lo que tienes que hacer es:
1. Orar por la persona que envió este mensaje.
2. Envía este mensaje a 10 personas... Más si lo deseas.
3. De esta manera, 10 personas van a rezar por ti y se animará a muchas personas a orar a Dios por los demás.
4. Tómese un momento para apreciar el poder de Dios en su vida, así como usted lo hace en lo que le agrada.
Si no tienes vergüenza de hacer esto, por favor, siga las instrucciones de Jesús. Él dijo en: (Mateo 10:32 y 33):
(32) "Cualquiera, pues, que me confiese delante de los demás, yo también le confesaré delante de mi Padre en el cielo;
(33) mas cualquiera que me niegue delante de los demás, yo también le negaré delante de mi Padre en los cielos”.
Si usted cree, envíe este mensaje... Pero envíelo sólo si cree en Cristo Jesús como su Señor y Salvador.
Yo sí, amo a Dios. Él es mi fuente de vida y mi Salvador. Él me mantiene vivo y seguro, tanto de día como de noche.
Sin Él, nada soy, pero con él "Puedo hacer todas las cosas a través de Cristo que me fortalece". Filipenses 4:13.
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