No digas nunca que no sirves, para Dios
todos sirven (aunque no todos para lo mismo). Si Dios pudo usar un simple gallo
para recuperar un misionero como Pedro, también puede usarte a ti.
Sigue sencillamente las 7 reglas del
gallo:
1- El gallo se levanta temprano e
inmediatamente emprende su tarea (que Dios le ha confiado).
2- El gallo no se niega a cantar porque
existan ruiseñores. Hace lo que puede, lo mejor que sabe.
3- El gallo sigue cantando aunque nadie
lo anime ni se lo agradezca. En realidad, no espera que nadie lo haga.
4- El gallo despierta a los que duermen.
Su tarea es impopular, pero necesaria.
5- El gallo proclama buenas noticias:
Acaba de amanecer. Ante ti tienes por estrenar un nuevo día, lleno de
magníficas oportunidades.
6- El gallo es fiel cumplidor de su
tarea. Se puede contar con él. No falla nunca. Es un excelente centinela.
7- El gallo nunca se queja de tener que
hacer siempre lo mismo, de que nadie le felicite o de que a nadie le importe.
Y todo lo que hagáis, hacedlo de
corazón, como para el Señor y no para los hombres. Colosenses 3:23
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