Tuesday, March 12, 2013

Suposición!


 Supongamos que Jesús aparece en carne y hueso, vestido como un hombre común y
se sienta a su lado; un cristiano herido y derrotado, con una expresión de
tristeza, culpa, condenación y miedo. Usted no  le ha reconocido y Él empieza
a hablarle:

--"¿De verdad amas al Señor?" Él le pregunta.
Usted probablemente contestaría: "¡Muchísimo!"
--"Has pecado, ¿verdad?"
"Mmm…sí", Ud. responde.
--"¿Crees que Él perdona a todos los que confiesan y se convirtieren de sus
pecados?"
"Sí, pero... Yo lo lamento tanto, señor. Creo que me lastimado a mi Salvador,
verdaderamente le he herido".
--"Si has confesado, ¿por qué no has recibido Su perdón?"
"Lo he hecho tantas veces!"
--"¿Crees que Él perdonará 499 veces cada vez que confiesas y te
arrepientes?"
"Sí".
--"¿Odias tu pecado? ¿Todavía lo quieres a Él?"
"Oh, sí!"
--"Entonces, ¿por qué dejas que el diablo te robe la victoria de la cruz y el
poder de la sangre del Cordero? ¿Por qué no te apropias de Su alegría y miras
hacia arriba?"
Amado, no renuncie ni abandone su gozo en el Señor. Usted tiene derecho a
alabarle, a cantar, gritar y ser feliz en el Señor, ¡porque tiene un Padre
que perdona!

No comments:

Post a Comment