Había una vez un viajero, que caminaba por el desierto
cuando llega al borde de un cañón. Buscando la manera de cruzarlo, se da cuenta
que hay una larga cuerda extendida hacia el otro lado. Mientras sus ojos
empiezan a seguir la cuerda hacia la otra orilla; se queda atónito al ver a un
hombre caminando hacia él, confiadamente conduciendo una carretilla. Al llegar
a la orilla de su lado, el viajero exclama:
—¡Eso es asombroso!
El hombre de la carretilla le pregunta:
—¿Crees que lo pueda volver hacer?
—Estoy seguro que sí, contesta el
viajero. —Si lo has hecho con tanta confianza.
—¿En verdad crees que sí lo puedo volver
hacer?
—Sí, definitivamente sí.
—Muy bien, de acuerdo, dijo el hombre de
la carretilla, —Súbete y te llevo al otro lado.
La mayoría de las veces nuestra falta de
fe limita nuestras posibilidades.
La fe es creer lo suficiente para
actuar. Lo que sucede es que a la hora de la verdad nos da miedo dar el paso y
por consiguiente nos paralizamos.
El miedo siempre paraliza y terminamos
siendo prisioneros del presente. Muchos se pierden las oportunidades por
miedo al fracaso o a lo incierto.
Es por eso que el miedo siempre es
derrotado por la fe.
La fe es creer lo suficiente para estar
abiertos a lo improbable pero el primer paso lo tenemos que dar nosotros. Como
puedes ver, la fe y la valentía van de la mano.
Mas de la Vida con Jorge Cota
www.JorgeCota.com
Contacto: masdelavida@cvclavoz.com
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