A veces
ocurren cosas en nuestra vida que parecen desagradables, sin sentido ni plan y
hasta nos parece que más nos hunde; pero si esperamos y tenemos confianza en
Dios, nos daremos cuenta de que cada prueba, cada tribulación, es como una
piedra arrojada sobre las quietas aguas de nuestra vida, que nos trae más cerca
de nuestro objetivo.
El Señor es mi fortaleza y
mi escudo; en El confió mi corazón, y fui ayudado, por lo que se gozó mi
corazón, y con mi cántico le alabaré.
Salmos 13:5
Mas yo en tu misericordia he confiado; mi corazón se regocijará en tu salvación.
Mas yo en tu misericordia he confiado; mi corazón se regocijará en tu salvación.
Salmos 18:2
El SEÑOR es mi roca, mi baluarte y mi libertador; mi Dios, mi roca en quien me refugio; mi escudo y el cuerno de mi salvación, mi altura inexpugnable.
Salmos 26:1El SEÑOR es mi roca, mi baluarte y mi libertador; mi Dios, mi roca en quien me refugio; mi escudo y el cuerno de mi salvación, mi altura inexpugnable.
Hazme justicia, oh SEÑOR, porque yo en mi integridad he andado, y en el SEÑOR he confiado sin titubear.
No comments:
Post a Comment