No hace falta matarse
de hambre ni seguir un régimen alimenticio tan riguroso para mantener a raya
los kilos del cuerpo. Con un poco de constancia por tu parte y algunos trucos,
comprobaras que es posible, incluso fácil, conservar la línea sin renunciar a
comer bien y variado.
Lo que hay que hacer:
Comer a la misma hora todos
los días.
No cabe duda que los
horarios son fundamentales para regular los hábitos alimenticios.
Comer varias veces al día.
Lo más importante es
repartir los alimentos en varias comidas al día (cinco es el número ideal),
incluyendo un tentempié a media mañana y otro a media tarde. Y evitar el
picoteo entre horas.
Los alimentos ideales para
no engordar.
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Poca
agua en las comidas y mucha fuera de ellas. Es aconsejable beber al menos dos
litros al día.
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Sopas
y caldos de hortalizas, pollo y pescado.
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Hortalizas
y vegetales de todo tipo.
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Carnes
sin piel ni grasa.
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Pescado
fresco, mariscos.
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Queso
con menos del 30% de grasa.
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Fruta,
sin pasarse y mejor sola que en las comidas.
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Té, café,
infusiones.
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Condimentos,
pepinillos, alcaparras, especias y hierbas.
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Edulcorantes
artificiales bajos en calorías.
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Aceite,
de 2 a 4 cucharadas al día.
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Leche
descremada.
‘Pecado Mortal’
Lo que a continuación
te enlistaremos es lo que deberás evitar si deseas mantener la gordura alejada
de tu cuerpo. Si bien son alimentos ricos, son muy dañinos para la salud y para
el cuerpo…
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Fritos,
rebozados, manteca y margarina.
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Salchichas,
pates, hamburguesas (no caseras), papas fritas y platos precocinados.
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La
piel de pollo, la grasa de la carne.
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Los
embutidos en exceso. (todas las carnes frías)
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Cremas
o natas, mayonesas, helados.
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Bollería,
golosinas, galletas y chocolates.
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Alcohol,
refrescos con azúcar o gas.
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Y
por supuesto el sedentarismo. (ejercicio) No hay nada peor que una vida sin
actividad.
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